A lo largo de la historia, los más extraordinarios chefs del mundo (Ferran Adrià, Yukio Hattori, Andoni Aduriz, José Andrés, Albert Raurich, Massimo Bottura, Joan Roca, Eduard Xatruc, Oriol Castro y Mateu Casañas) descubren a la familia Ishida a través de sus anécdotas, pensamientos y experiencias personales. Se descubre así no solo la cocina y la mesa de Mibu, sino también sus anhelos, inquietudes y reflexiones vitales. Se entra en su mundo yendo de su mano a varios templos budistas zen de los que son devotos: el recóndito templo de Seidaihi-ji en Nagoya, jamás filmado antes de esta película, y el hermoso y popular templo de Senso-ji en Tokio. Se indaga en su filosofía y, con ella, en la cultura más propia y ancestral del país del sol naciente.
El film también recrea la historia y el pasado de Mibu a través de escenas de ficción tratadas en sombras. Un ejercicio poético que descubre el camino seguido por los protagonistas para llegar a crear la magia que ofrecen a sus comensales.
La cocina de Mibu juega un papel clave en la narración. Se analiza y estudia con su autor, Hiroyoshi Ishida, mientras se atiende a las reflexiones que los grandes chefs occidentales hacen sobre ella. Se “vive” un menú completo de Mibu que, en este caso, gira en torno a los 36 poetas inmortales de la literatura nipona. Por eso el film está salpicado de algunos de los poemas de esos autores, obras excepcionales, desconocidas en occidente.
Se trata el contexto cocina japonesa en el que se halla Mibu, hablando sobre sus productos, sus temporadas y su relación con la naturaleza y se visita el mercado de Tsukiji, por primera vez en la gran pantalla, y el nuevo mercado de Toyosu, el mercado de pescado más grande del mundo.
Finalmente, los Ishida se despiden reflexionando sobre su futuro y su legado. Cierran la pieza las notas de la canción “Kimi Ni Muchu” (“Boig per tu”), un canto de amor a la luna, aquella que ellos nos sirven en un plato.
La estética de la película es el resultado de la combinación de material procedente de diversas fuentes. Por un lado, están las imágenes que conforman la parte más estrictamente documental de la película: entrevistas, imágenes de Japón, etc…
Por otro lado, tenemos una serie de secuencias elaboradas más como un trabajo de autor. En ellas se nota una estética cuidada, planos meticulosamente compuestos y paletas trabajadas. Encontramos aquí las escenas de sombras y bodegones cuya función es recrear visualmente el espíritu que respira y transmite Mibu. A ello se suma un cuidado diseño gráfico. Mibu es un lugar que respira artesanía, meticulosidad y delicadeza. En consecuencia, el material gráfico sigue una línea similar e igual que Ishida escribe sus menús a mano.
Esta variedad de material pretende conferir al conjunto una gran dinámica visual y un sello identitario propio al film, de proximidad y sencillez, pero a la vez de sensibilidad y poesía.
El film gira entorno a la figura del matrimonio Ishida, una pareja de origen humilde cuyo sueño era tener su propio restaurante. Profundamente arraigados a la cultura de su país y a la religión budista, luchan por transmitir dicha cultura y tradiciones a través de sus platos, creando una experiencia gastronómica única en el mundo. Desde que Ferran Adrià los descubriera en 2002 se han convertido en uno de los restaurantes más influyentes en la alta cocina occidental, más allá de por sus sencillos y meticulosos platos, por su manera de entender el hecho culinario como vehículo fundamental de la cultura de un pueblo.
Sin duda el chef más importante y reconocido de las últimas décadas, Ferran Adrià está considerado el padre de la gastronomía moderna. En su legendario restaurante elBulli inició la revolución que ha marcado la cocina contemporánea, no sólo por sus innovaciones en cuanto a técnicas y recetas, sino por haber transformado la manera de pensar de la sociedad en torno a la cocina.
Otro de los chefs más influyentes de nuestro tiempo. Su restaurante Mugaritz, ha apostado siempre por la evolución y la interdisciplinariedad en la cocina, lo que le ha llevado a atravesar las fronteras de lo establecido. Su defensa por abordar la gastronomía desde diferentes disciplinas, la creatividad y la innovación son su sello de identidad.
El Dr. Hattori es el presidente del Hattori Nutrition College, uno de los centros educativos sobre gastronomía y nutrición más importantes del mundo. Entre sus numerosos cargos y distinciones destacan el nombramiento como Caballero de la Legión de Honor del presidente de Francia o la Medalla con Cinta Azul al mérito por el bienestar público de Japón.
Definido por la revista Time Magazine como “Un icono culinario”, José Andrés es probablemente, hoy en día, el cocinero más popular del planeta. Un merecido honor fruto de su inmenso talento gastronómico heredado de su maestro Ferran Adrià y de su labor humanitaria, por la que ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia y propuesto para el Premio Nobel de la Paz.
Propietario de Osteria Francescana, uno de los restaurantes más premiados y reconocidos de la última década. A Bottura se le considera un auténtico artista de pleno derecho por su empeño en yuxtaponer la tradición culinaria italiana con la innovación, el arte y el diseño. Es además uno de los rostros más populares de la cocina europea por su participación en numerosos programas de televisión.
Conocido junto a sus dos hermanos por desarrollar una cocina libre que sublima y respeta el sabor genuino con una aplicación precisa de la técnica. Su vibrante sentido de la hospitalidad heredado del pequeño bar que regentan sus padres y la especial conexión fraternal de su cocina, han llevado a su restaurante, El Celler de Can Roca, a ser considerado como el mejor restaurante del mundo en varias ocasiones.
Tras 15 años como parte del equipo creativo y jefes de cocina de elBulli, se han convertido recientemente en una de las referencias de la cocina mundial. Su restaurante, Disfrutar, ha sido nombrado como el tercer mejor restaurante del mundo en 2022. Su propuesta es una cocina vanguardista de raíces mediterráneas que interpela al comensal a sentir emociones más allá del paladar.
Otro discípulo de Ferran Adrià, Albert Raurich, regenta uno de los restaurantes de comida de inspiración asiática más reputados de Europa, el Dos Palillos. Un meticuloso estudio de la cocina de ese continente junto a su formación en la vanguardia más radical hace de la suya una propuesta gastronómica admirada por comensales tanto occidentales como asiáticos, y cuenta entre sus fans acérrimos al matrimonio Ishida.
Si hay una cosa que uno aprende en Mibu, de la mano de los Srs. Ishida, es el respeto y el amor que manifiestan hacia la cultura tradicional japonesa, hacia sus productos y su historia. Así que, en el momento de afrontar la creación de la banda sonora del film, nuestra intención fue intentar transmitir, en la medida de lo posible, el mismo respeto y amor que los Srs. Ishida nos transmiten en su templo gastronómico. Intentar plasmar en sonidos la sensibilidad, los colores, los aromas, las texturas y los sabores de Mibu no fue tarea fácil, siendo quizás nuestro mayor reto, a pesar de contar con el inmenso talento de Ryūtarō Iijima y Noriko Tsukamoto, conseguir un delicado equilibrio entre los instrumentos tradicionales japoneses y los occidentales. La inspiración, la sensibilidad y el arte, como no podía ser de otra forma, vino a cargo de los Srs. Ishida, nosotros solo pusimos respeto, gratitud y admiración.
Pep Sala
Autor de la Banda Sonora Original
©Films Comestibles. 2022
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